Miércoles 17.1.2024
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Los últimos tres meses fueron una odisea en busca de una seguridad que no existe en la Franja de Gaza. Mohamed Ali y su familia, como tantos otros, tuvieron que buscar un nuevo lugar para vivir. Su vivienda en Gaza fue destruida por los ataques israelíes. Tres meses después de que Israel le declarara la guerra a la organización extremista Hamás (considerada terrorista por Israel, Estados Unidos, Alemania y la Unión Europea), este ingeniero de 35 años se pregunta cómo será su futuro en Gaza. También porque hay políticos israelíes, incluidos ministros del Gobierno ultraderechista del primer ministro Benjamín Netanyahu, que cuestionan si la población de Gaza debería siquiera regresar.
Las autoridades de Israel aún no se han puesto de acuerdo en cómo seguirá la situación de los 2,2 millones de habitantes en Gaza, luego de que termine la guerra. La narrativa política se centra en la "eliminación" de los militantes de Hamás, responsables de los ataques contra Israel del 7 de octubre de 2023, en los que murieron más de 1.200 personas, mientras más de 130 son mantenidas aún como rehenes por Hamás en la Franja de Gaza.
Una opción: la emigración voluntaria
Políticos de extrema derecha, como el ministro israelí de Finanzas, Bezalel Smotrich, y el ministro de Seguridad, Itamar Ben Gvir, no se preocupan por ocultar que imaginan el futuro de Gaza sin la mayoría de sus residentes palestinos y con la construcción de nuevos asentamientos israelíes.
"Lo que hay que hacer en Gaza es fomentar la emigración voluntaria", dijo Smotrich recientemente, en una entrevista con la emisora de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). "Si en Gaza hay 100.000 o 200.000 árabes, y no dos millones, toda la discusión por el día después será distinta". Ben Gvir también exigió que se impulse "la emigración voluntaria" de los palestinos de la Franja de Gaza. Otros diputados y miembros del gabinete se expresaron de manera similar.
En medios israelíes, se informó sobre negociaciones con terceros países que estarían dispuestos a acoger a palestinos, entre otros, la República Democrática del Congo, Ruanda y Chad. Pero esos tres países africanos desmintieron dichos reportes.
"No hay intención de ocupar Gaza"
El ministro de Defensa de Israel, Joav Gallant, al menos rechazó los planes de asentamiento de sus socios de coalición de derecha. No habrá "ninguna presencia civil israelí en Gaza", según un plan para el futuro gazatí, que el propio Gallant presentó a principios de enero. De acuerdo con ese plan, Gaza sería gobernada por palestinos, mientras Israel mantiene el control de la seguridad.
También Benjamín Netanyahu aseguró que "Israel no tienen ninguna intención de ocupar Gaza a largo plazo ni de expulsar a su población civil". Israel retiró sus asentamientos de la Franja de Gaza en 2005. Pero retuvo el control de las fronteras terrestres y marítimas, y del espacio aéreo, desde que el grupo militante islamista Hamás tomó el poder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Gaza en 2007.
Los pequeños socios de coalición de ultraderecha son importantes para mantener la coalición de Gobierno de Netanyahu, pero su influencia en las decisiones estratégicas es a veces cuestionable. "Israel depende más que nunca de Estados Unidos. Esto, tanto en lo referente al apoyo diplomático en el Consejo de Seguridad de la ONU, como a la seguridad nacional de Israel", dice Udi Sommer, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Tel Aviv e investigador en el John Jay College de la Universidad de Nueva York.
"Si se quiere tener un adelanto de un escenario realista de posguerra en Gaza, habría que escuchar lo que dice el secretario de Estado estadounidense, y no las declaraciones imprudentes de elementos extremistas del Gobierno de Netanyahu", opina.
Controvertidas declaraciones
Por otro lado, hay quienes cuestionan el debate público en Israel, en el que hay poco lugar para el destino de la población civil palestina en Gaza. Ex diputados y académicos criticaron en una carta abierta la creciente instigación por parte de políticos, periodistas y parlamentarios contra los palestinos en Gaza. Las controvertidas declaraciones de políticos y ministros israelíes también forman parte de la demanda de Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Sudáfrica acusa a Israel de "genocidio" en la guerra en Gaza.
Estados Unidos y otros países, entre ellos Alemania, criticaron las declaraciones de los políticos israelíes de extrema derecha de "irresponsables y agitadoras". Durante su visita a la región esta semana, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, anunció que una misión de la ONU en el norte de Gaza verificaría en qué condiciones los palestinos podrían retornar a Gaza.
Cerca de 1,9 millones de personas huyen de Gaza
Para los Estados árabes, el reasentamiento forzoso de palestinos de Gaza es inaceptable. En tal sentido, particularmente claras fueron las palabras del presidente de Egipto, Abdel Fatah al-Sisi, quien dijo que su país "no tiene planes para el asentamiento de palestinos" en el vecino Sinaí egipcio.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (más conocida como Unrwa) se estima que 1,9 millones de personas, es decir, cerca del 85 por ciento de los habitantes, se consideran desplazadas. Actualmente, cientos de miles de personas buscan refugio en Rafah, la ciudad más meridional de la Franja de Gaza, ubicada en la frontera con Egipto.
"La inmensa destrucción en Gaza, por sí sola, hace dudar de que los palestinos puedan regresar rápidamente", dice el activista palestino de derechos humanos Mustafá Ibrahim, por teléfono, desde Rafah. "La reciente declaración del ministro (Bezalel) Smotrich, condenada por Europa y Estados Unidos, suena como un concepto de expulsión", señala Ibrahim. "Ya hay 1,5 millones de palestinos hacinados en Rafah", estima.
Entre ellos, está Amer Abdel Muti, procedente de Jabalia, en el noreste de Gaza. Tuvo que huir varias veces, primero hacia Khan Yunis, y recientemente, hacia Rafah. "Si los países occidentales nos abren la puerta durante la guerra y nos permiten una corta salida que nos deje volver luego de una tregua, entonces me iría, porque temo por mi vida", escribió Muti, de 30 años, en un mensaje de texto: "Pero si tuviera que irme para siempre, entonces no me iría. Me quedaría en mi país".
(*) Material originalmente publicado por la Agencia Deutsche Welle y adaptado para Diario El Litoral.